Un trabajo de branding que empezó con el naming, un reto tan importante como “buscar nombre comercial a una empresa especializada en vinos y gastronomía del más alto nivel, que incluya la palabra o el número 7”. Ante tal exigencia creativa, una solución poderosa, sieteypico.
De picar algo y de sietes va la cosa, pero no sólo de eso. Un siete y pico no es mala nota, un notable, y ése será el mínimo exigible para nosotros. No valen aquí aprobados. Productos que destacan del resto y estimulan los sentidos. El trabajo tipográfico incluye intervenir sobre algunas letras creando unas redondeadas espirales que juegan a parecer zarcillos y sarmientos. La identidad, va acompañada de un Chaim que define la esencia de la marca, y redunda en su logotipo, “sabores notables, experiencias sobresalientes”.
Con el desarrollo del lenguaje de marca llegamos a la creación de un elemento que ilustra las piezas con un fin mucho más allá del meramente decorativo. La que llamamos “vid de los sentidos” nos invita a mirar, probar y disfrutar de esas experiencias. Un lenguaje que nos permite adaptarnos a cualquier circunstancia, traduciendo esa estética en personajes relacionados con el evento en cuestión en cada caso, elaborando material informativo y merchandising.
